Los viejos
calcáreos de antaño se podían ver en galerías de campo o en
composiciones en paredes de edificios públicos y gubernamentales.
También se los ve en hoteles de gran renombre como el Hotel Faena,
combinando lo ultramoderno con lo más genuino de un pasado que nos
caracteriza y define.
Si tenemos
que hacer referencia a lo técnico, el mosaico calcáreo es un
elemento plano, de formato cuadrado o rectangular, formado por dos
capas: la superior que es plana y suave al tacto y se realiza con
cemento gris o blanco, agregados finos y pgimentos; y la inferior que
es la de soporte y se realiza con cemento Portland gris y distintas
arenas. Estas dos capas se somente a un proceso de compresión
durante la fabricación.
Su origen
es francés, de mediados del siglo XIX. El proceso de confección, a
pesar del paso de los años, sigue siendo muy artesanal. La paleta de
colores y diseños que se manejan fueron cambiando de acuerdo a las
modas. Los hay inclinados al art déco o art nouveau, por ejemplo.
Los estilos antiguos eran más geométricos e imitaban la colocación
de los pisos de ladrillos o de madera. Ahora se utilizan motivos más
curvilíneos (flores, fileteados, etc).
Según el
diseño, los modelos pueden ser lisos, de dibujos o con relieves. Los
más solicitados con los dameros, los lisos con guardas, los
dibujados o los lisos de muchos colores. La novedad: mezclar colores
vistosos y combinar los dibujados con cemento alisado. Por supuesto
que hoy se ofrecen más alternativas que en años anteriores y esto
se debe a que existen muchísimos pigmentos más. Los que predominan
son las gamas de los ocres y tierras.
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