miércoles, 19 de septiembre de 2012

Una vuelta a las fuentes


¿Adorás los estilos coloniales españoles? Leé esta nota y enterate cómo transformar tu casa en el lugar de tus sueños.

Lo primero que debes pensar en hacer es cambiar la puerta de entrada. Ésta debe ser tallada en madera, con un diseño que simule los viejos diseños coloniales. La puerta de entrada lo es todo, y en esa época era considerada una obra de arte y la muestra de lo que la casa iba a ser luego.

La vestidura de la casa (es decir, espejos, lámparas, arañas de techo, etc) debe ser en plata trabajada. Si puedes incluir un espejo principal con un marco de estas características y algún farol en los pasillos, lograrás un impacto increíble. Las personas que visiten la casa sentirán que volvieron en el tiempo.

Lo ideal sería combinar la madera oscura, estilo marrón africano, junto a paredes bien blancas. Arcadas en los pasillos, o accesos al living darán otro toque extra.


La estructura debe ser austera, los pisos de piedra, las paredes blancas, realzada con muebles, platería, arañas e imaginería.

No olvides de presentar cuadros en algún rincón de la casa, y que los marcos sean en madera pigmentada en dorado, o en plata trabajada. Si vas a colocar un sillón de decoración contra alguna pared, que sea de madera oscura, preferentemente de estilo irlandés.

Los cortinados deberán ser pesados, largos hasta el suelo, de colores amarillos u ocres, opacos. Los cubre cortinas (donde se guarda el soporte de las cortinas digamos) deben ser de madera trabajada, y pintada en colores dorados. En el living puedes disponer una mesa de patas cabriolé, y muebles heredados con clima colonial.

El uso de madera tallada en puertas, vigas y dinteles, es uno de los elementos caracterísitocs de la arquitectura colonial.

Nunca faltan en las casas coloniales, generosas galerías que se dejen disfrutar. Puedes colocar sillones de mimbre con hermosos almohadones tapizados con la tela que más combine con el piso. En el medio, una sencilla mesa ratona de madera hará de apoyo para que puedas tomar un sabroso refrigerio al calor del verano. En un costado, una hermosa maceta gigante de barro con un planta (la que tú prefieras) dándole un toque más natural. En las paredes puedes disponer dos o tres faroles en hierro para un acabado colonial perfecto.

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