Luego de elegir el tipo de abertura, deberás prestar atención a sus materiales. Pueden ser de madera, ideal si tienes una casa antigua; de hierro, de menor uso actualmente pero que valorizan mucho a la casa; de aluminio, una de las opciones más modernas del mercado favoreciendo la luminosidad de la ventana; de PVC, la alternativa más nueva y más maleable; y las mixtas, con estructuras de madera y hierro, metal o aluminio. Estas últimas son las más cálidas y se integran muy bien en casas de estilo rústico o clásico.
Con respecto a la ubicación, a iluminación dependerá mucho según la orientación que tenga la vivienda, por lo tanto, la distancia de las ventanas entre sí ayudará o no a iluminar y ventilar el ambiente, en mayor o menor medida. Para aprovechar al máximo los recursos, es importante determinar antes dónde necesitamos luz, dónde ventilación y dónde visibilidad.
Según la función que cumplirá la abertura, se adaptará la misma a ella. Para la puerta de entrada es mejor no escatimar tanto en gastos y comprar una puerta que sea agradable a la vista. Es muy importante que combine con la fachada de la casa. Si tienes una cabaña, aléjate de las puertas modernosas.
Para las puertas de interior, lo recomendable es tener puertas corredizas si nos falta espacio y presupuesto. Si no, las de madera maciza quedan muy bien.
Con respecto a las ventanas, en dormitorios, estar y cocina es necesario que las ventanas se puedan abrir, para renovar el aire. Ya sean rebatibles, en banderola o de apertura normal, lo importante es que se pueda airear el lugar para evitar el ofuscamiento y los malos olores.
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